¿Cuánto tiempo llevas tratando de resolver tu experiencia?

¿Cómo están esas emociones que tienes que trabajar, esos procesos mentales que tienes que analizar y esas experiencias pasadas que tienes que superar?

¿Vas dándoles ya los últimos retoques? ¿Quizás unas últimas dosis de aceptación? ¿Puede que con un insight final quede ya todo listo?

¿O parece ser más bien como la línea del horizonte, que por mucho que camines siempre está igual de lejos?

Quizás la recurrente sensación de estar siempre en el mismo sitio te está diciendo algo valioso.

Quizás sí estás siempre en el mismo sitio, después de todo.

Puede que el único problema sea el punto de partida: la falsa creencia de que eres alguien que tiene la tarea de hacer algo respecto a este momento para poder llegar a algún sitio diferente.

Ya que el horizonte no deja de retroceder mientras avanzas, ¿por qué no cuestionas las suposiciones que te empujan?

Podemos explorar por ejemplo qué es una emoción, o dónde aparece y de qué está hecha. O investigar si realmente eres alguien que existe separado de este momento, alguien que puede cambiar o aceptar lo que es.

Al sustituir la intención de resolver o cambiar lo que hay por la de explorarlo, quizás descubras que este momento, y todo lo que incluye, nunca es “arreglable”, ni “cambiable”, ni “aceptable”, simplemente es.

Quizás descubras también que no eres ese conjunto de sensaciones, ideas y puntos de vista que creías ser, y reconozcas así que eres la totalidad de este momento, nunca lejos ni cerca de nada, siempre completo, siempre en paz contigo mism@.

Previous article

¿Autojuicio?

Next article

¿Conquistar?

¿Quieres estar al día?

Únete a mi lista de correo para recibir mis artículos y novedades.

Suscripción confirmada. ¡Gracias!

Share This