Como quizás ya sabes, hace un par de días pregunté en diferentes redes sociales acerca de qué es lo que más dificulta la toma de decisionesimportantes. Las respuestas han sido muchas y variadas, pero en la mayoría aparece de una forma u otra un sospechoso habitual: el miedo.

Efectivamente, hay varios aspectos en relación al miedo que es importante entender para poder tomar decisiones desde una mayor confianza y claridad. Hablaré de todos ellos en la próxima conferencia del día 23 de mayo en Barcelona, pero hoy quiero ayudarte a que puedas clarificar por ti mism@ uno de los más importantes:

Aquello que llamas miedo, la mayoría de veces, en realidad no lo es. Se trata simplemente de preocupación.

Ésta es la diferencia fundamental:

El miedo es una emoción pura, clara y precisa. Es útil porque está diseñada para traerte al momento presente y llevar tu atención hacia algo que puede ser una amenaza inmediata para ti. El miedo despeja tu mente, afina tus sentidos y te prepara para reaccionar con claridad a lo que está ocurriendo. Es una señal de alarma, una llamada de atención que te obliga a enfocarte en lo importante para actuar con precisión.

La preocupación es un proceso mental que te saca del momento presente y lleva tu atención hacia problemas futuros imaginados.La preocupación sobrecarga tu mente, contamina tus emociones y nubla tu claridad. Un estado de preocupación es una señal de que te has perdido en tu confusión mental, desconectándote temporalmente de ti mism@ y de tu capacidad natural de gestionar lo que sí está ocurriendo en el momento.

Observa que al comprender esta distinción, te resulta más fácil ir viendo cuánto de lo que habitualmente has estado llamando miedo es en realidad preocupación. Y ver esto significa que puedes reconocer por ti mism@ algo esencial: en la toma de decisiones el miedo puede ser necesario, pero la preocupación no.

La próxima vez que te encuentres frente a un decisión importante puedes tomarte un momento para mirar si lo que te hace sentir mal es miedo real respecto a algo real. Probablemente descubras que es solamente preocupación basada en un proceso mental ilusorio sobre futuros desastres imaginados.

Es un descubrimiento importante que por sí solo te hará volver a la realidad. Y desde la realidad es mucho más fácil echar mano de tuclaridad natural y tu sentido común para saber si realmente ha llegado el momento de decidir, y ver cuál es la mejor opción para ti en caso de que sea así.

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