Los procesos de desarrollo personal suelen dar lugar a numerosos efectos secundarios perjudiciales. Uno muy habitual es la transferencia de culpa.
Se da básicamente en dos direcciones, dependiendo de cuál sea tu punto de partida.
Hay personas que han desarrollado el hábito de culpar a los demás y a las circunstancias(pasadas o presentes) de sus insatisfacciones, frustraciones y demás estados no deseados.
Otras han aprendido a culparse sobre todo a sí mismas, así que se sienten mal por sus presuntas limitaciones, sus incapacidades y por juzgarse siempre “insuficientes”.
Tras algunos cursos, las primeras empiezan a reconocer que quizás los demás no son culpables de sus confusiones y malestares después de todo, y que si quieren encontrar un responsable tienen que empezar a mirarse a sí mismas.
Por su parte, con algo de terapia, las segundas descubren que han heredado de sus padres y familia muchas creencias y “codificaciones”, y aprenden además a detectar personas “tóxicas” y por lo tanto dejan de culparse a sí mismas para empezar a juzgar a los demásy a sus circunstancias.
El problema es que por más que traslades la culpa de un lado a otro, en realidad todo sigue igual: la idea de que hay que culpar a alguien o a algo permanece intacta.
Culparte a ti mism@ no es mejor que culpar a los demás o a tus circunstancias.
Culpar a tus circunstancias o a los demás no es mejor que culparte a ti mism@.
Deja por un momento de lado lo que has aprendido y mira tu experiencia directamente a la cara:
¿Qué es una emoción? ¿Acaso hay alguna emoción que esté mal o que se tenga que “arreglar”?
Lo único que te empuja a buscar culpables es la idea de que lo que sientes no está bien. Es juzgar y rechazar tus pensamientos y emociones lo que te lleva a intentar encontrar responsables.
Pero no existen “culpables” de tu estado emocional, puesto que no es un error ni ningún tipo de efecto indeseable. Es información precisa que únicamente te refleja tu estado mental del momento.
Tus emociones no te hablan de ti ni de tus capacidades, ni son una valoración de lo que los demás te han hecho o te han dejado de hacer, ni te informan de tu pasado ni de tus circunstancias.
Tu estado emocional es siempre (y solamente) un valioso reflejo del punto de vista pasajero que vas sosteniendo momento a momento.Y tu única responsabilidad es darte cuenta de ello.
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