voy de un lado a otro buscando las ventanas.
-Cuando se abra una ventana será un consuelo-.
Pero las ventanas no están, o no puedo hallarlas.
Y quizás sea mejor no encontrarlas.
Acaso la luz fuera otra condena.
Quién sabe qué cosas nuevas me traería.
C. Cavafis
La profunda contradicción que habita en el corazón del yo psicológico, siempre en busca de una luz que anhela pero que no puede ni quiere hallar puesto que eso supondría su propia desintegración, está magistralmente destilada por Cavafis en este breve poema.
Esta existencia de búsqueda y frustración es lo que ocurre cuando vivimos en el olvido de nosotros mismos, encerrados en la oscuridad de nuestras creencias, pasando por alto lo que somos.
Pero las ventanas están siempre aquí, siempre abiertas. Y el miedo es solamente la brújula que te indica el camino a seguir, no una barrera que tenga como propósito mantenerte en la oscuridad.
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