Cuando se trata de responder a tu sensación de insatisfacción o inseguridad, y a tu intuición de que hay algo más que esta experiencia de vida que se supone “normal”, tienes dos (y solo dos) opciones.
Opción 1
Se fundamenta en tratar de arreglar la sensación de insatisfacción o inseguridad y sus derivados. Esto incluye trabajar sobre ella y sus aparentes causas, y/o buscar mejores sensaciones y experiencias. Siempre con la mirada puesta en el futuro y en lo que hay que arreglar o conseguir. En esta opción se sugiere que mediante prácticas, conocimientos, habilidades, actitudes, estrategias y similares una persona puede mejorarse, evolucionar, sentirse mejor, despertar, encontrar su propósito y, en definitiva, poner fin a su insatisfacción mediante su trabajo sobre sí misma y sus logros. Esta es una opción basada en buscar y añadir. Todo lo que conocemos como desarrollo personal (y casi toda la espiritualidad) pertenece a esta opción.
Opción 2
Es una invitación a cuestionar la búsqueda y, sobre todo, la identidad del buscador. En esta opción se examinan la naturaleza de la insatisfacción y la existencia de la persona que necesita superarse y desarrollarse. Se cuestionan las creencias que sostienen la constante necesidad añadir y mejorar, para revelar que son precisamente las que generan la insatisfacción crónica y la búsqueda que trata de solucionarla. En contraposición al constante enfoque a futuro que define la búsqueda, esta opción es una invitación a explorar sin concesiones la realidad de este momento y descartar todo aquello que es reconocido como creencia. Esta opción se ha llamado tradicionalmente no-dualidad y está en el origen de cualquier tradición espiritual.
Estas dos opciones no tienen puntos de contacto ni se combinan entre sí. Cualquier aparente combinación es una variación de la opción uno, usando términos de la opción dos readaptados para seguir alimentando la búsqueda y el ciclo de insatisfacción.
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