Todo lo que has hecho hasta ahora surge del intento de satisfacer un mismo anhelo: felicidad, plenitud, satisfacción… Diferentes nombres para un único impulso, para el verdadero deseo detrás de todo deseo.
Este deseo es el auténtico motor y sentido de nuestra existencia. El problema es que hemos aprendido a enfocarlo desde un punto de vista equivocado.
Resolver la vida, controlar las circunstancias, manipular a los demás, conseguir tus objetivos, dominar tu pensamiento, cambiar tus emociones… Todo ello son intentos infructuosos de satisfacer ese anhelo. Infructuosos porque son el reflejo de la intención de conquistar tu experiencia.
El conquistador trata de someter, vencer y conseguir. Incluso cuando la aparente motivación es “mejorar” lo conquistado. Y el principal terreno a conquistar siempre acaba siendo tu “mundo interior”: tus procesos mentales, tus estados, tus emociones, tu pasado, etc.
Incluso cuando la actitud de conquista se vuelve más sutil y diplomática, cuando la llamamos “gestionar” o “aceptar”, la intención básica sigue siendo la misma: manipular la experiencia para conseguir un estado “mejor” o distinto.
Pero por disimulada que sea, la actividad de conquista es por definición una actividad de conflicto. Justo lo contrario de lo que anhelas. Y no, no vas a encontrar lo que buscas cuando la conquista sea definitiva. La guerra contigo mism@ no tiene fin, no trae paz, ni tiene vencedores.
Al empezar a reconocer esto, el intento de conquista se revela como lo que es: una actividad que cada vez que se activa te aleja de lo que buscas.
Pero hay otra posibilidad, otro punto de partida: la intención de explorar.
La actitud de exploración es simplemente querer ver lo que es, exactamente como es. Es sustituir el cambiar por el conocer y el mejorar por el entender, sin tratar de establecer ninguna relación en especial con lo que es, ni siquiera una de amor o aceptación.
Es la exploración lo que pone de relevancia las creencias que te impedían reconocer lo que buscas. Y es también lo que las disuelve, ya que ninguna creencia perdura frente a la verdad que una exploración honesta y sin concesiones revela.
Explorar es la actitud que te lleva a encontrar, a reconocer cada vez más claramente que lo que siempre has buscado es lo que eres, y que el anhelo siempre fue una llamada a poner fin al intento de conquista.
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